Cristina tiene 35 años, es una abogada de éxito que vive independientemente en una bonita casa de la que es ama y señorra absoluta. Disfruta de un amante fijo para entretener sus ratos libres y del espíritu necesario para sustituirlo cuando lo crea oportuno. Sin embargo, la desenvoltura y la seguridad de su acttidud muestran las primeras fisuras cuando empieza a sentirse muy atraída por uno de sus clientes, de quién se ha de encargar de su divorcio.

Un grupo de hombres y mujeres se conocen en una terapia de la Seguridad Social para suicidas. Cuando leen la novela de Stevenson "El Club de los suicidas" deciden emular a los protagonistas, pero cambiando el brumoso Londres del XIX por un almacén chino de "todo a cien" en el Madrid del siglo XXI. Cada semana se juegan a las cartas quién será la víctima y quién el verdugo.