Abby (Angela DiMarco) y Rebecca (Kate Alden) son unas hermanas que no se han visto en muchos años gracias a un perturbador evento que las separo en su juventud. Ahora, al reunirse para esparcir las cenizas de su fallecida madre, trataran de resolver sus viejos problemas. Sin embargo, durante el proceso una de ellas encontrara un extraño objeto que poco a poco afectara sus vidas.

Cuando una madre se disputa la custodia de su única hija con su ex marido, es secuestrada. Consciente de su situación, su mayor preocupación es el bienestar de su hija. Uno de los secuestradores siente lastima por ella y comete una imprudencia.