Julian Michaels ha diseñado el complejo turístico definitivo, Vice, donde todo vale y los clientes pueden hacer realidad sus fantasías más salvajes con los habitantes artificiales que miran, piensan y sienten como los humanos. Cuando una artificial se convierte en auto-consciente y se escapa, se encuentra atrapada en el fuego cruzado entre los mercenarios de Julian y un policía que está empeñado en cerrar Vice, y detener la violencia de una vez por todas.

Después de que un negocio de drogas sale mal, cuatro adictos a la heroína se atrincheran en un bar rural mientras la policía se acerca. La abstinencia comienza, lo que complica aún más su situación de rehenes, mientras que un secreto que uno de ellos esconde podría destruirlos a todos.