Después de vivir un período de inactividad, Crisanto, un inspector de policía, se reintegra al servicio. Cuando un amigo suyo es asesinado, decide encargarse de la investigación.

Un padre, dominado por los celos, mata al pretendiente de su hija, con la que mantiene una relación incestuosa.

Madrid, Domingo de Ramos de 1766. Cuando el Marqués de Esquilache (Fernando Fernán-Gómez) llega a su residencia, La Casa de las Siete Chimeneas, todavía se oyen por las calles los gritos de ¡Muera el mal gobierno! ¡Muera Esquilache!. Acompañado por su secretario Antonio Campos (Jose Luis López Vázquez), comprueba horrorizado los efectos del saqueo a que ha sido sometida su casa. A continuación, Esquilache, Fernanda (Ángela Molina) y Campos se dirigen al Palacio Real mientras pasan revista a sus entrevistas con el rey Carlos III (Adolfo Marsillach), a los enfrentamientos con los nobles españoles, a la corrupción de Pastora (Concha Velasco), la esposa de Esquilache, y, sobre todo, a su relación sentimental con Fernanda.